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Introducción
Tal vez sea una de las mayores preocupaciones de los viajeros: el dinero. Ojala se pudiera viajar sin dinero y vivir libremente en un mundo feliz y sin adversidades de ningún tipo. Pero no. Es lo que hay. El dinero es necesario para que el viaje sea placentero. No queremos perderlo, ni que nos lo roben, ni que nos falte a medio viaje, no queremos que nos timen, o que no sepamos lo que cuestan las cosas…
Lo que queremos es pasarlo bien y no tener ningún disgusto en plenas vacaciones. Y la falta repentina de dinero nos puede fastidiar los planes. Y para evitarlo, es fundamental hacerse una serie de preguntas sobre este tema que te permitan viajar lo más relajadamente posible :
Ten en cuenta que, en general, tendemos a cambiar más dinero del que realmente nos vamos a gastar y, al volver, cuando realizamos el cambio de nuevo a euros, comprobamos cómo el gasto del viaje ha crecido abismalmente, puesto que el nuevo cambio supone pagar otra vez una comisión.
A TOMAR EN CUENTA: es importante calcular con la máxima exactitud qué presupuesto vamos a utilizar en el viaje. No hay que hacerlo al tun tun. Hay que planificar bien. Todo por escrito: precio vuelos, hoteles, traslados, entradas, comidas, móvil.
Lo primero que tienes que preguntarte es a cuánto está la moneda que quieres adquirir. Sean dólares estadounidenses, rublos rusos o pesos mexicanos. Esta será una información muy útil a lo largo de todo tu viaje.
A TOMAR EN CUENTA: compruébalo en esta herramienta y memorízalo. Como sabes el valor de las monedas fluctúa con el tiempo, por lo tanto es necesario saber a cuánto está ahora.
Cuando ya sabes el destino al que vas a viajar y cuánto dinero necesitas, toca ir a cambiarlo o a comprarlo, según se mire. Y siempre tienes las opciones más habituales: en tu banco, el cajero automático del destino, las casas de cambio o en el aeropuerto.
A TOMAR EN CUENTA: ve a tu banco de confianza. Pero vigila con la tasa de cambio y, sobre todo, las comisiones que te aplican. El 3% es lo normal. Más del 3% no lo aceptes. En todo caso, negocia que te lo bajen al 1%, que sería lo ideal.
Siempre puedes presionar que hay otro banco que te ofrece condiciones más ventajosas y que te podrías plantear cambiar. Aparte, es importante que tu banco sepa que estás de viaje (por si hay algún tema del que te puedan advertir como tu límite de crédito, etc). Las demás opciones, sobre todo las casas de cambio, pueden ser válidas siempre y cuando vigiles el porcentaje de comisión que se llevan.
Está claro que puedes llevarte el dinero en efectivo. Sin embargo, ya sabes lo que pasa en muchas ciudades turísticas : te viene una chica con cara de inocentona a pedirte algo, te distrae un rato y mientras otra va por detrás y te despluma en pocos segundos. Te lo pueden robar o que lo pierdas también.
A TOMAR EN CUENTA: llevarse algo de efectivo siempre va bien, pero las tarjetas de crédito (en general, depende del destino) son la forma más cómoda y segura de pagar durante tu viaje. Piensa que las tarjetas podemos anularlas en caso de robo o pérdida con una simple llamada o por Internet. Sea como sea, insistimos: algo de efectivo hay que llevar, por si acaso (los dólares estadounidenses siempre los podrás cambiar en mayoría de los países).
Pues sí, ya es una realidad el pago con tu móvil. Se puede. El dinero de papel tiene los días contados. De hecho está visto que comprar con el móvil es cada vez algo más habitual. Los bancos han ido adaptando los TPVs de los comercios al tiempo que se generalizaban las tarjetas contactless que hoy ofrecen prácticamente todas las entidades bancarias.
A TOMAR EN CUENTA: eso sí, el pago mediante móvil consume datos y el consumo de datos en el extranjero es más caro que en España. Consulta el tema sobre las tarifas mejor con tu compañía para no llevarte una sorpresa al regresar.
Hace un tiempo se pusieron de moda. Ahora ya no. Las tarjetas los han eclipsado. Estos cheques los podías cambiar por dinero el bancos en destino y, al ser nominales, si te los robaban, la compañía te reponía el dinero 24 horas más tarde.
A TOMAR EN CUENTA: En la actualidad, ya son muy pocos bancos y establecimientos que los acepten. En general, no los tendría en cuenta. No los utilices.
Hay un límite de dinero en metálico que puedes llevar en el aeropuerto para entrar o salir de la Unión Europea y son 10.000€ o su equivalente en otras divisas. Si no informas y no lo declaras, pueden retenerte el dinero y ponerte una multa. La explicación es evitar la salida de grandes cantidades de efectivo que puedan producir un daño a la economía del país.
A TOMAR EN CUENTA: En caso que tu destino sea en Europa, llevas 10.000 € o más, es necesario declararlo en las autoridades aduaneras.
Como hemos comentado anteriormente, algo de metálico hay que llevarse encima. Por si acaso. Hay países incluso muy desarrollados a nivel turístico que no aceptan tarjetas.
A TOMAR EN CUENTA: para evitar que te roben ese dinero o lo perdamos, es recomendable dividirlo en varios lugares (bolsillos, cartera, en una funda oculta en el interior de la ropa -para que no te identifiquen como turista-, en la maleta, incluso hoy en día existen mochilas “antirobos”) y no tenerlo en un único lugar y facilitarle el trabajo a los delincuentes.
A veces, la mejor manera de llevar dinero es no llevarlo. El hotel evidentemente puede ser una magnífica solución, sobre todo si vas a pasarte todo el día fuera. Hay un cierto debate entre si son seguras o no las cajas fuertes que disponen muchas habitaciones de hotel. La verdad es que cuando se plantea esta cuestión es que no son seguras.
De hecho Jim Stickley, un experto en seguridad, demostró lo fácil que es abrir una caja fuerte de hotel sin conocer el código; logró forzar la cerradura con una simple herramienta en menos de dos minutos.
A TOMAR EN CUENTA: una buena idea es hablar con la dirección del hotel en el que nos vamos a hospedar si tenemos algo de mucho valor para que ellos nos presten un espacio seguro en sus dependencia s. Sus cajas de seguridad centrales tienen una mayor calidad y rendimiento.
Si no, podemos minimizar el riesgo y dejar solo una parte de nuestros objetos: por ejemplo una parte del dinero, como decíamos antes. Ah, y poner el “No molestar” en la puerta de la habitación o dejar una radio encendida para que piensen que hay alguien dentro.
Una vez has finalizado tus vacaciones y estés de vuelta en casa, es fundamental revisar todo lo que te has gastado. Saberlo con precisión. Es una actividad importante para asegurarnos de que los tipos o tasas de cambio que nos ha aplicado al banco sean los correctos o los que hemos acordado. También es interesante conocer lo que nos hemos gastado para tenerlo en cuenta de cara a futuros viajes.
A TOMAR EN CUENTA: No está de más llevarse una libretita e ir apuntando los gastos sobre la marcha. Pero se entiende que uno no quiere estar con estos temas porque son muy pesados. Pero eso sí, al volver a casa, siéntate y mírate los extractos de las cuentas asignadas a nuestras tarjetas de débito o crédito y revisa los gastos. Si no coincide y te han cobrado comisiones que no habías acordado, protesta.
Es típico que al finalizar el viaje, llegues a casa, te metas la mano en el bolsillo y descubras que tienes un montón de monedas (incluso billetes los más despistados) de un país exótico al que nunca piensas regresar en tu vida. Eso significa que seguramente ese dinero ya no lo podrás cambiar. Perderá su valor.
A TOMAR EN CUENTA: antes de ir al aeropuerto, revisa todo y haz un recuento del dinero. Si encuentras algo, gástate todo el dinero en lo que sea y no te dejes ni una moneda en el bolsillo. Un buen sitio podría ser el duty free de los aeropuertos, allí puedes encontrar souvenir para los seres queridos. Disfruta.
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