Conseguir un préstamo, un crédito o cualquier otro tipo de financiación cuando se está en situación de desempleo resulta mucho más complicado que cuando se está trabajando y desarrollando una actividad laboral remunerada. Sin embargo, incluso cuando una persona se encuentra recibiendo ingresos periódicos en forma de prestación por desempleo o subsidio de paro, las entidades financieras convencionales y las de créditos rápidos pueden llegar a ser más reticentes a la hora de ofrecer financiación.
